viernes, 13 de junio de 2008
TUYO ES EL MUNDO
Tuyo es el mundo, todo y para siempre. Mas como Tú no necesitas nada, Rey mío, no le sacas gusto a tu riqueza. ¡Es lo mismo que si no la tuvieras!
Por eso tú, día tras día, me vas dando lo que es tuyo, y así te ganas, día tras día, tu reino en mí.
Día tras día compras a mi corazón su aurora; y así ves tu amor esculpido en la estatua de mi vida.
Tu diste canciones a los pájaros, y los pájaros te devolvieron canciones. A mi sólo me diste voz, y me pediste más, y yo canté.
Tú hiciste ligeros tus vientos, y tus vientos son ligeros en servirte. A mi me cargaste las manos, porque yo mismo las aligerara, y yo he ganado para tu servicio la ingrávida libertad.
Tú le llenaste a tu tierra sus sombras con chispas de luz, y te quedaste entre ellas. A mi me dejaste en el polvo, sin nada entre las manos para hacer tu cielo.
A todas las cosas les das. A mi me pides. Así, el sol y la lluvia van madurando mi vida solitaria, y cojo más que tú sembraste, y te alegro el corazón, Señor del granero de oro!
Rabindranath Tagore
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