
Compartiendo ....
Del evangelio del domingo 21 de junio:
Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.» Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán,,y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua... (san Marcos 4, 35 40)
Cuando he escuchado este evangelio otras veces, pensar en "la otra orilla" me transportaba a la orilla de Dios, a un lugar donde El me esperaba y que para ir tenía que enfrentarme con la tormenta. Pero el lugar no lo tenía nada claro, no sabía donde estaba. Me quedaba un poco perdido, ¿sería lo que tenía que ir viviendo, o lo que el Señor me mostrara?... no sé como decir, algo espectante quizá. Eso sí, siempre algo bueno. La otra orilla podía ser el paso a la otra vida con El...
Ayer en la homilía el sacerdote lo explicaba de otra manera a las que había escuchado.
¿qué es la otra orilla? Y nos dijo que la vida que llevamos es, por ejemplo, en la que estamos acomodados, seguros, rodeados de la comunidad cristiana, rodeados de amigos, en un ambiente que es agradable, que piensa igual etc. en esta orilla no tenemos sobresaltos,ni miedos... La otra orilla es el mundo de fuera, el hostil a los cristianos, allí donde se rechaza la Palabra de Dios, donde no estamos arropados por personas que comparten nuestra fe, sino todo lo contrario... es ahí, donde hay que ir, allí donde nos resulta incómodo, donde nos asusta el rechazo, la incomprensión, incluso el insulto o menosprecio.
¿Miedo? Claro que nos da miedo, es humano. Pero no podemos olvidar quien está con nosotros, aunque parezca dormido, El está. Es nuestra seguridad, con El todo lo podemos.
Ayer me quedó mas clara la orilla... la tempestad, el miedo... pero si eso me quedó claro, más aun a quien recurrir segura de que nunca va a fallarme.
Bueno... ¿nos quedamos tranquilos en la tumbona de la orilla, sin problemas, o nos embarcamos con El ??????
¿a que nos llama? ¿me pregunto ...que fe tengo?
Pues si creemos tener poca fe pues no nos lanzamos donde nos pide, pidámosle que nos la fortalezca, que nos la de a rebosar.
Señor, donde nos digas allí queremos ir, ayúdanos en nuestra debilidad.
Amén
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