viernes, 22 de febrero de 2008
Para tener el mejor día posible
Al despertarme por la mañana pondré mi atención en el nuevo día, en las cosas que he de hacer antes de que el reloj marque la media noche, en mis responsabilidades y me valoraré con cariño, pues soy importante y este "hoy" es importante para mi.
Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener, hoy puedo quejarme porque el día está lluvioso, o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están recibiendo este agua bendita.
Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero, o puedo estar contento porque mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia.
Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo regocijarme porque estoy vivo.
Hoy puedo entristecerme por todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo, o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas, o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo.
Hoy puedo enfadarme porque tengo que ir a la escuela, o puedo estudiar y abrir mi mente enérgicamente y llenarla de nuevos y ricos conocimientos.
El día se presenta ante mí esperando a que yo le de forma, y ¡aquí estoy yo!... su escultor.
Lo que suceda hoy depende de mí, de nadie más. Yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.
Recuerda con emoción todo eso... Ten un gran día... Dios te lo regala...
Disfrútalo.
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